
Historia en una parada totalmente imprevista: la Ciudadela de Alba Iulia.
¡Hola, familias viajeras! Hoy queremos compartir con vosotros nuestra experiencia en Alba Iulia, Rumanía. Esta ciudad histórica y vibrante fue el destino perfecto para una parada muy inesperada. Pasamos dos noches aparcados en el centro, junto a la impresionante ciudadela, y recorrimos tanto sus monumentos históricos como sus animadas calles.
Alba Iulia es una ciudad con una rica historia que se remonta a tiempos romanos. Conocida antiguamente como Apulum, fue una importante fortaleza durante el Imperio Romano.
Sin embargo, su fama se consolidó en 1600 cuando el príncipe Mihai «El Valiente» la eligió como capital de las tres provincias rumanas unidas por primera vez: Transilvania, Valaquia y Moldavia.
La ciudadela, tal y como la conocemos hoy, fue construida en el siglo XVIII y es un magnífico ejemplo de arquitectura militar barroca.
El Cambio de Guardia: La Guardia Austriaca realiza cada semana el cambio de guardia en la Puerta de la Ciudadela. Es un espectáculo que encanta a los más pequeños.
Las Siete Puertas: La ciudadela tiene siete puertas, cada una con su propia historia y arquitectura única e ir de una a otra es un recorrido sorprendente por la historia bimilenaria de la ciudad.
Museos y Catedrales: En su interior, encontraréis el Museo Nacional de la Unión y la impresionante Catedral de la Reunificación, donde se coronaron los reyes de Rumanía además de la Catedral de San Miguel, la Sala de la Unión, el Palacio Real o la Biblioteca Batthyaneum del s. XVIII, que curiosamente nos ha recordado mucho a la biblioteca de la Archiabadía de Pannonhalma, en Hungría y que otro día te enseñamos.
Intentamos visitar la ciudadela pero celebran una feria en el perímetro en la que hay puestos, atracciones, foodtrucks y mucha, mucha gente y ahí nos quedamos.
Sí que vamos a pasear de nuevo por la tarde y entramos dentro del recinto parar recorrer todas sus calles y plazas.
Están las catedrales ortodoxa y católica, el Museo Nacional de la Unión, el Palacio Real y el castro romano entre otros. Ir por ahi con los niños es un no parar: ¿y esto qué es? ¿y esto?… además de que van a todos sitios corriendo. ¿Esto te pasa cuando vas con tus hijos por ahí?
También recorremos algunas calles aledañas a la ciudadela. Está el impresionante monumento de la Gran Unión. A ver, que en Rumanía, en Alba Iulia en concreto, celebran tres momentos de unión importantes: la Primera Unión, en el s.XVI, la Gran Unión en 1918 y el consentimiento del Estado unitario en 1922. Pues referente a uno de esos eventos es la cruz.
Hay pocas cafeterías y lo que sí encuentras son bares, restaurantes y muchas tiendas de comestibles, de cosas en general, de todo.
Entre la ciudadela, la plaza y el gran bulevard, contando con que hemos aparcado además junto a un parque infantil, se nos van los dos días en un suspiro. Vemos muchos turistas, la policia super amable, porque yo siempre que los veo voy a hablar con ellos sobre todo para que me confirmen si hay problema en pernoctar, y las noches más tranquilas imposible.
Transporte: Rumanía tiene una red de trenes que no hemos probado. Los hemos visto y la verdad, son muy viejos. No tenemos ni idea de cómo es moverse en tren por Rumanía.
Las carreteras son de otro tiempo aunque para llegar a Alba Iulia desde Turda vas a poder pisar una de las pocas autovías que hay en Rumanía. En el resto prepárate para baches y curvas sinuosas. Además, todos los vehículos tienen que llevar viñeta. En las autocaravanas no importa el PMA, cuentan como autocaravana y listo.
Alojamiento: En Alba Iulia, hay numerosas opciones de alojamiento cerca de la ciudadela, tanto en Booking.com como en Airbnb, pero no vas a encontrar nada para tu autocaravana. Esto es lo normal en Rumanía. Campings vas a encontrar aunque no estén bien ubicados pero áreas de autocaravanas… olvídate. Y ya no hablo de dónde vaciar grises o rellenar frescas, que luego a luego en una gasolinera te apañas, hablo de enchufarte para recargar baterías o vaciar el cassette, por ejemplo.
Para nosotros que vamos muy off-grid como dicen ahora, no es un inconveniente, pero es algo que hay que tener en cuenta.
Comida: Hay mucha variedad de comida pero lo curioso es que hay mucha influencia húngara, sobre todo en Transilvania. De hecho, a nuestros niños, una de las cosas que más les ha gustado han sido los langos, que son unas tortas gigantes fritas con ingredientes encima, bien yogurt, crema de queso, bacon, mermelada, etc. y que son típicas de Hungría.
Ya sea que viajéis en coche, autocaravana o camper, esta ciudad tiene algo para todos. Desde el ambiente de sus calles hasta la majestuosidad de la ciudadela, Alba Iulia es un destino que no podéis dejar de visitar.
¡Esperamos que esta experiencia os inspiren a planificar vuestro próximo viaje a esta joya de Rumanía!
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¡Hasta la próxima, y que vuestros viajes estén llenos de descubrimientos y momentos inolvidables en familia!